Hasta hace pocos días, parecía que el invierno no se marcharía
nunca este año; colmaba sus límites cronológicos, como si pretendiera permanecer
para siempre, y la primavera no se
atisbaba ni aquí, en el norte, donde es acaecer más acostumbrado, ni en el sur. "Año
de nieves, año de bienes", reza
la clásica conseja. Pero, claro, el
dicho procede de períodos de sociedad agraria dependiente de las cosechas y del
cielo. ¿ Y ahora? Se llenan los embalses y habrá efectos positivos
pero nuestro orbe es más complejo; no todo pende de la meteorología, sino que
hay más vicisitudes, más niveles, más recovecos. Ocurre, sobre todo, que, en este presente,
cuenta más el relato que los hechos mismos.
O tal vez fue así siempre y lo que denominamos, hogaño, fake news, posverdad y similares, hayan formado también parte, antaño, de los
discursos ad hoc. Cada día es más espinoso
perfilar los contornos de eso que nombramos realidad.
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