En
1982 Stanislaw Lem publicó un ensayo titulado "Provocación", en el
que enunciaba tres leyes en relación con la lectura: “Nadie lee nada; los pocos que leen, no comprenden nada; a los pocos que
entienden, se les olvida enseguida”. En la era de Internet y de las denominadas
redes sociales, los axiomas de Lem se tornan cada vez más ciertos. Si, por otra
parte, identificamos la lectura con la reflexión sobre nosotros mismos y sobre
nuestras sociedades, podemos reformular las tres leyes, aseverando que nadie, en el presente, reflexiona y que los pocos que elucubran no profundizan
demasiado, llegando, muchos de los que si lo hacen, a conclusiones
completamente erróneas. Tal vez
porque el pensamiento de hoy está demasiado encauzado desde el Poder, incluso
cuando parece ir contra el mismo. No es
tan fácil pensar, en el sentido filosófico o político, como parece, y la
lectura se aleja cada vez más, siguiendo a Lem, de cualquier cavilación
rigurosa.
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